Galería יסכה Ishka

En mi discurso creativo propongo el encuentro de la pintura bidimensional como una forma de fusionar dos mundos opuestos, lo abstracto del mundo inmaterial y espiritual con el figurativo del mundo físico, lo que abre un espacio sensorial tridimensional. Un punto de conexión con el infinito. Descubro la armonía que unifica la dualidad imperante y en ese encuentro se genera una vibración atemporal.

El método es simple, retrato una escena y la yuxtapongo en dos realidades opuestas. La física y la almica, en dos capas distintas sobre un lienzo. Su nuevo hogar. La primera capa de pintura es una interpretación libre, una síntesis de símbolos que se originan en el alfabeto Hebreo. Son en verdad números, no letras y por lo tanto se conectan con ciclos y prácticamente todo lo que contiene y vive el universo. Por ello, en esta capa reflejo un lenguaje emocional resonante con el cosmos.

Entonces vinculo la capa abstracta del fondo, el alma invisible, con la siguiente capa de pintura, la figurativa y tangible. La semilla de la cual brota todo en el lienzo es proporcionada por  los números pertinentes al tema o asunto que se va a interpretar en la obra. Ninguno de los dos aspectos, figurativo y álmico, pierden su esencia, sólo la frontera se diluye para dar vida a la nueva obra de Arte, a una nueva creación. La khora, entre ambos aspectos es un enunciado que tiende a resistirse a una definición predeterminada, ya que es el origen que le da vida al universo que percibimos, en un estado de ser. Me divierte observar cómo suele colarse su presencia de manera inesperada en la obra terminada. 

Gracias

In my creative discourse I propose, the encounter of two-dimensional painting into a way to fuse two opposite worlds, the abstract of the immaterial and spiritual world to the figurative of the physical world, which opens a three-dimensional sensorial space. A point of connection with the infinite. I discover the harmony that unifies the prevailing duality and in that encounter a timeless vibration is generated.

The method is simple, a scene and the juxtaposition of it in two opposite realities. This is in two distinct layers on a the canvas. Its new home. The first layer is a free interpretation, a synthesis of symbols that originate in the Hebrew alphabet. They are in truth numbers, not letters and therefore they connect to cycles and pretty much everything contained in the universe. In this layer I  reflect an emotional language resonant to the cosmos.

I link the abstract background layer, the invisible anima, to the next layer of paint, the figurative and tangible layer. The seed from which everything on the canvas springs forth, is provided by the numbers pertinent to the subject or theme to be interpreted in the paint.

Neither aspects, figurative and ánima, lose their essence, only the border in between becomes diluted to give life to the new piece of Art, a new creation. The khora between both aspects is a statement that tends to resist predetermined definition, since it is what gives life to the universe that we perceive in its state of being. I find it amusing to observe that it has a way to makes it through into the finished work of art, and state its presence.

Thank you